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Obeya Management: 10 consejos prácticos para crear un centro de mando para el éxito

Según Jim Morgan, ex ejecutivo de desarrollo de productos de Fortune 25, la falta de gestión de las interfaces entre disciplinas funcionales puede ser la mayor fuente de desperdicio, frustración y fracaso en el desarrollo de productos. Al menos parte de la solución es un sistema de gestión obeya. En este artículo, Jim ofrece diez consejos para lograr una gestión correcta de la obeya basándose en su experiencia con cientos de proyectos en diversos sectores.

Al igual que los diseños de sistemas complejos, la mayoría de los programas de desarrollo tienen dificultades en las interfaces. Es decir, gestionar las dependencias entre las distintas disciplinas requeridas, como el diseño, el software, la ingeniería, la fabricación y otras, es el mayor desafío del desarrollo. Esto es especialmente cierto cuando las empresas intentan trabajar simultáneamente sin comprender estas dependencias. En mi experiencia, esta puede ser la mayor fuente de repetición de trabajos, rotación de personal, retrasos, sobrecostes y pérdidas de calidad, lo que a menudo conduce a un entorno de trabajo divisivo, combativo y frustrante para todos los involucrados.

El desarrollo de procesos y productos lean (LPPD, por sus siglas en inglés) es un conjunto de principios, prácticas y herramientas diseñadas para permitir que personas de diversas disciplinas trabajen juntas para crear nuevos flujos de valor exitosos. Una de esas herramientas es el sistema de gestión obeya. Obeya, como casi todo el mundo sabe, es una palabra japonesa que significa “sala grande”. Pero, como dice mi amigo Andy Houk, vicepresidente y director general de Schilling Robotics, es mucho más. Es donde el programa se une en cadencia para mejorar la colaboración, la comunicación y la coordinación a través de la gestión transparente y proactiva de esas interfaces. Cuando se hace correctamente, es un poderoso sistema de gestión que ayuda a las personas a trabajar juntas de manera más efectiva, no solo un lugar para colgar cosas en las paredes.

Actualmente existe un debate (sin importancia) sobre la génesis de obeya, pero mi primera experiencia con él como sistema de gestión fue en 2003, cuando mi coautor Jeff Liker y yo tuvimos varias reuniones con Takeshi Uchiyamada, el ingeniero jefe que dirigió el desarrollo del Toyota Prius original. Este producto innovador exigía una gestión rigurosa y eficaz de las muchas interdependencias en las múltiples disciplinas necesarias para integrar las tecnologías necesarias para crear este producto que revolucionó la industria. La obeya proporcionó exactamente lo que el equipo de Prius necesitaba para lograr su éxito.

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