Piensa como un/a niño/a y deja que fluya la creatividad
Al recordar su experiencia entrenando equipos en África, la autora nos anima a introducir el juego en nuestro trabajo, como una forma de enseñar a las personas y de desbloquear la creatividad.
El juego es una puerta de entrada esencial al pensamiento y la comunicación creativos e innovadores y, sin embargo, a menudo se infravalora en el lugar de trabajo.
Recuerdo jugar con mis amigos cuando era niña, en África, usando carritos de juguete en la arena blanca y suave durante las frescas tardes. Construimos túneles, puentes y colinas, pobladas de animales de juguete de plástico, que contaban historias de peligro y aventuras. En esos momentos, no me veían como una niña blanca ni siquiera como una niña; fui cocreadora de sueños.
Para nosotros, el tiempo de juego era un ámbito de creatividad ilimitada donde todo parecía posible. A través del juego, los niños aprenden a contar historias, desarrollar habilidades espaciales, resolver problemas de forma imaginativa y formar conexiones puras.
Lamentablemente, a medida que crecí, esas actividades imaginativas fueron descartadas por considerarlas infantiles e inadecuadas para las tareas serias de la edad adulta. En consecuencia, guardé esos pensamientos para centrarme en tareas sensatas.
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