Seriamente acerca de la estrategia
Estamos acostumbrados a abordar el pensamiento estratégico como si nuestra organización estuviera en una posición de estabilidad y dominio. ¿Qué pasaría si empezáramos a verlo como la creación de mejores acuerdos con todas las partes involucradas?
Estábamos presenciando una presentación estratégica muy clara en una empresa de tercera generación. Había metas estratégicas, objetivos clave, batallas que debían ganarse y planes de acción. Siguió el modelo estratégico clásico basado en el pensamiento de gestión por objetivos de Drucker. Para intentar profundizar nuestra comprensión, discutimos cuáles eran los beneficios esperados: qué beneficios buscaba la empresa de estas batallas y qué probabilidades había de lograrlos. Sin embargo, a medida que avanzaba la discusión, se hizo evidente que los resultados clave que necesitaban estaban en manos de otros jugadores.
Imagínese una empresa de alimentos de propiedad familiar. Algunos de los impulsores clave de las ventas y las ganancias incluyen:
- El clima (debido a la naturaleza de su producto).
- El distribuidor.
- La agencia de marketing que respalda la marca.
- El fabricante de máquinas que acepta (o no) fabricar máquinas más o menos flexibles y robustas (importante para que la empresa alimentaria pueda hacer frente a una enorme variación de la demanda).
- La gente necesitaba trabajar en la producción.
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