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Arnaldo Camuffo analiza qué hace que Lean sea una buena práctica

Tendemos a dar por sentado la "bondad" de Lean, pero, dice el autor, debemos detenernos y pensar qué hace que Lean sea una buena práctica comercial. ¿Por qué es una forma de pensar que todas las empresas deberían adoptar?

En el transcurso de la última década, dos economistas famosos, Nicholas Bloom (de la Universidad de Stanford) y John Van Reenen (del MIT), se han embarcado en un gran estudio global sobre las prácticas de gestión.

Tomaron prestado un conjunto de "buenas" prácticas de gestión de McKinsey y encuestaron a 8000 organizaciones de más de 20 países y una variedad de industrias para comprender hasta qué punto se aplicaban dichas prácticas y si realmente tenían un impacto en el desempeño de las empresas.

Los resultados, como era de esperar, son bastante sorprendentes:

  • las organizaciones en todo el mundo están muy mal gestionadas;
  • una mejor gestión y un rendimiento superior están fuertemente correlacionados con medidas como la productividad, el rendimiento del capital empleado y la supervivencia de la empresa;
  • la gestión hace una diferencia en la configuración del desempeño nacional que representa una fracción significativa de las brechas de productividad entre países.

Esta investigación tiene mérito, ya que muestra, con evidencia sólida y a gran escala, que “la gestión importa”, lo que nos obliga a reflexionar sobre lo que impide que se difundan las buenas prácticas de gestión. De hecho, hace un gran trabajo al mostrar los efectos de desempeño de las prácticas gerenciales, usándolos para explicar y predecir la variación del desempeño de la empresa no explicada por los otros factores de producción (capital y trabajo). Sin embargo, no dice nada acerca de cuáles son las características inherentes y fundamentales de las “buenas” prácticas de gestión.

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